...Y era de mañana cuando Dios se puso ante sus doce hijos e implantó en cada uno de ellos la semilla de la vida humana. Cada hijo, uno a uno, dio un paso adelante para recibir el don que se le había destinado.
“Tú, ARIES, eres el primero en recibir la semilla; para que recaiga en ti el honor de poder plantarla. Que cada semilla que plantes se convierta en un millón en tus manos. No tendrás tiempo de ver cómo crece la semilla, porque todo lo que plantes crecerá nuevamente, y también deberá ser plantado. Serás el primero en penetrar la tierra de la mente humana con MI Idea. Pero no te incumbe el nutrir la Idea ni tampoco el cuestionarla. Tu vida es la acción y la única acción que te impongo es la de que el hombre empiece a ser consciente de Mi Creación. Para que trabajes eficazmente te doy la virtud de la autoestima”. Y Aries volvió lentamente a su sitio.
“Tú, ARIES, eres el primero en recibir la semilla; para que recaiga en ti el honor de poder plantarla. Que cada semilla que plantes se convierta en un millón en tus manos. No tendrás tiempo de ver cómo crece la semilla, porque todo lo que plantes crecerá nuevamente, y también deberá ser plantado. Serás el primero en penetrar la tierra de la mente humana con MI Idea. Pero no te incumbe el nutrir la Idea ni tampoco el cuestionarla. Tu vida es la acción y la única acción que te impongo es la de que el hombre empiece a ser consciente de Mi Creación. Para que trabajes eficazmente te doy la virtud de la autoestima”. Y Aries volvió lentamente a su sitio.
“A ti, TAURO, te doy el poder de conseguir que crezca la semilla. Tu tarea es grande y requiere paciencia, porque debes terminar todo aquello que está comenzado, de lo contrario las semillas se las llevaría el viento. No debes preguntar nada, tampoco podrás cambiar de parecer mientras trabajes, ni confiar a los demás aquello que Yo te pido que realices. Por eso te doy el don de la fuerza. Empléala con sabiduría”. Y Tauro volvió a su sitio.
“A ti, GÉMINIS, te doy las preguntas sin respuestas, para que aportes a todos una comprensión de aquello que ven en su entorno. Nunca sabrás por qué los hombres hablan o escuchan, pero tu búsqueda de respuestas, encontrarás mi don, el conocimiento“. Y Géminis volvió a su sitio.
“A ti, CANCER, te doy la tarea de enseñar a los hombres lo que son las emociones. Mi Idea es que les hagas reír y llorar, para que aquello que vean y piensen les ayude a desarrollar la plenitud interior. Por eso te entrego el don de la familia, para que tu plenitud pueda multiplicarse”. Y Cáncer volvió a su sitio.
“A ti, LEO, te doy la tarea de mostrar Mi Creación al Mundo, con todo su esplendor. Pero tienes que protegerte del orgullo y recordar siempre que es Mi Creación y no la tuya. Porque, si lo olvidas, los hombres te despreciarán. Hay mucha alegría en el trabajo que te doy, si lo haces bien. Por eso tendrás el don de el honor “. Y Leo volvió a su sitio.
“A ti VIRGO, te doy que examines todo aquello que ha hecho el hombre con MI Creación. Escrutarás con agudeza sus caminos y les recordarás sus errores, para que mi Creación pueda perfeccionarse a través de ti. Para que lo cumplas te concedo el don de la pureza de pensamiento”. Y Virgo volvió a su sitio.
“A ti LIBRA, te doy la misión del servicio, para que el hombre se acuerde de sus deberes hacia los demás. Para que aprenda a cooperar y reflejar en otra parte sus acciones. Te situaré allá donde exista discordia, y para tus esfuerzos te daré el don del el amor”. Y Libra volvió a su sitio.
“A ti ESCORPIO, te doy una tarea muy difícil. Poseerás la habilidad de conocer la mente humana, pero no te permitiré que hables de todo lo que sepas. Con frecuencia te sentirás triste por lo que verás y en tu dolor te alejarás de Mí, y te olvidarás de que no soy Yo, sino la perversión de lo que es Mi Idea lo que te produce este dolor. Verás en el hombre tantas cosas que acabará por parecerte un animal, lucharás de tal forma con los instintos animales que hay en ti mismo que te desviarás del camino, pero cuando finalmente vuelvas a Mí, Escorpio, tengo para ti el don supremo del propósito.” Y Escorpio también se retiró.
“A ti, SAGITARIO, te pido que hagas reír al hombre, pues en medio de la mala comprensión de Mi Idea, a veces se llena de amargura. Mediante la risa darás esperanza a la humanidad, y a través de la esperanza harás que vuelvan sus ojos hacia Mí. Contactarás con muchas vidas, aunque sea por un momento, y conocerás la inquietud en todas las vidas con las que contactes. A ti, Sagitario, te doy el don de la abundancia infinita, para que la esparzas abundantemente y llegues a todos los oscuros rincones aportándoles luz”. Y Sagitario se volvió a situar en su lugar.
“A ti CAPRICORNIO, a ti te pido el sudor de tu frente, que puedas enseñas a los hombres a trabajar. Tu tarea no es sencilla, pues sentirás todos los trabajos de los demás encima de tus espaldas, pero como compensación a tus cargas pongo la responsabilidad del hombre en tus manos”. Y Capricornio volvió a su lugar.
“A ti ACUARIO, te doy la visión del futuro, para que el hombre puede ver nuevas posibilidades. Padecerás el dolor de la soledad porque no te permito personalizar Mi Amor. Pero, para que endereces la mirada del hombre hacia nuevos horizontes, te doy el don de la libertad, a fin de que en ella puedas seguir sirviendo a la humanidad allá donde sea menester”. Y Acuario volvió a su lugar.
“A ti PISCIS, te doy la tarea más difícil. Te pido que recojas toda la pena del hombre y que me la devuelvas. Tus lágrimas serán, finalmente mis lágrimas. Las penas que absorberás serán el producto de la mala comprensión de Mi Idea por parte de los hombres, pero tienes que mostrarles compasión para que vuelvan a intentarlo. Para ésta, la más difícil de todas las tareas, te doy el más grande de los dones. Serás el único de mis doce hijos que Me conocerá y comprenderá. Pero este don de la comprensión, Piscis, es para ti, porque cuando intentes difundirlo, el hombre no te escuchará”. Y Piscis volvió a su lugar.
Entonces Dios dijo: “Cada uno de vosotros tiene una parte de MI Idea. No confundáis esta parte con la totalidad de Mi Idea, ni intentéis cambiaros las partes entre vosotros. Porque cada uno de vosotros es perfecto, pero eso no lo sabréis hasta que los doce seáis uno. En este momento Mi Idea, en su totalidad, será revelada a cada uno de vosotros.” Y los hijos se fueron, decidiendo cada cual hacer su trabajo lo mejor posible, para poder recibir el don. Pero ninguno comprendió totalmente su tarea ni su don, y cuando volvieron confusos, Dios les dijo: “Cada cual cree que los otros dones son mejores. Así, pues, os permitiré intercambiarlos.” Y, de momento, cada hijo se entusiasmó considerando todas las posibilidades de su nueva misión. Pero Dios se sonrió diciendo: “Volveréis a mí muchas veces, pidiendo que os releve de vuestra misión, y cada vez os concederé vuestro deseo. Pasaréis por incontables encarnaciones antes de que cumpláis la misión original que os he prescrito. Os concedo un tiempo ilimitado para llevarlo a cabo, y solo cuando lo hayáis conseguido podréis estar conmigo”. -Joseph Fábregas-